Lucio
Anneo Séneca, conocido popularmente como Séneca, fue un
filósofo, político, orador y escritor romano conocido
por sus obras de carácter moralista. Nació en Córdoba el año
4 a. C. y murió en Roma, el año 65 d. C. a los
69 años de edad.
Séneca
destacó como intelectual y como político. Consumado orador, fue una
figura predominante de la política. Fue cuestor, pretor y senador
del Imperio romano durante los gobiernos
de Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón,
además de ministro, tutor y consejero del emperador Nerón.
Séneca
es uno de los pocos filósofos romanos que siempre ha gozado de gran
popularidad al menos en la Europa continental.
Familia
El
padre de Séneca, Marco Anneo Séneca, era un procurador
imperial que se convirtió en un reconocido experto en retórica,
y se casó con una joven noble nacida en Arjona (Jaén), Por tanto provenía de una familia distinguida,
perteneciente a la más alta sociedad hispana en una época en que la
provincia de Hispania estaba en pleno auge dentro del Imperio
romano. Estuvo casado dos veces.
Formación
Su
formación, fue muy variada, rica y abierta: además de formarse en
Egipto, parece ser que ya en Roma había estudiado gramática,
retórica y filosofía; es posible, además, que viajara en
algún momento a Grecia, para continuar formándose en Atenas,
algo muy común entre los patricios de su tiempo.
Relevancia
Entre
los años 54 y 62, durante los primeros años del reinado de su joven
pupilo Nerón, Séneca gobernó de facto el Imperio romano
junto con Sexto Afranio Burro. Esto le granjeó numerosos
enemigos, y se vio obligado a retirarse de la primera línea política
en el año 62. Acusado, posiblemente falsamente, de participar en
la conjura de Pisón contra Nerón, su antiguo alumno lo
condenó a muerte, y se suicidó en el año 65 d.C.
La
influencia de Séneca en generaciones posteriores fue inmensa.
Durante el Renacimiento fue "admirado y venerado como
un oráculo de edificación moral, incluso Cristiana; un maestro de
estilo literario y un modelo para las artes dramáticas."
Escritor
Como
escritor, Séneca pasó a la historia como uno de los máximos
representantes del estoicismo. Su obra constituye la principal
fuente escrita de filosofía estoica que se ha conservado hasta la
actualidad. Abarca tanto obras de teatro como diálogos filosóficos,
tratados de filosofía natural, consolaciones y cartas. Usando un
estilo marcadamente retórico, accesible y alejado de tecnicismos,
delineó las principales características del estoicismo tardío, del
que junto con Epícteto y Marco Aurelioestá
considerado su máximo exponente.
Junto
a la de Cicerón, la obra de Séneca era una de las mejor
conocidas por los pensadores medievales, y como quiera que
muchas de sus doctrinas son compatibles con la idiosincrasia
cristiana, los padres de la Iglesia como San Agustín lo
citan a menudo.
Política
En
el año 31, Séneca volvió a Roma donde, a pesar de su mala salud,
de su origen provinciano y del hecho de provenir de una familia
comparativamente escasa en influencias, fue nombrado cuestor,
con lo que inició así su cursus honorum, en el que pronto
destacó por su estilo brillante de orador y escritor.
Para
cuando, en el año 37, el emperador Calígula sucedió
a Tiberio, Séneca se había convertido en el principal orador
del Senado y había levantado la envidia y los celos del
nuevo y megalómano César, el cual, de acuerdo con el
historiador Dión Casio, ordenó su ejecución. A consecuencia
de este incidente Séneca se retiró de la vida pública.
En
el año 41, a la muerte de Calígula y con
la entronización de Claudio, Séneca, que continuaba
siendo una persona relevante dentro del estamento político romano,
fue de nuevo condenado a muerte, si bien la pena se le conmutó por
el destierro a Córcega. Su exilio en Córcega duró
ocho años.
Tras
la caída de Mesalina, la nueva esposa de Claudio, la también
célebre Agripina la Menor, consiguió rehabilitarlo. Se le
llamó a Roma y, por indicación de Agripina, se le nombró pretor en
la ciudad. Su ascenso no acabó ahí, pues en el año 51, a
instancias de nuevo de Agripina, se le nombró tutor del joven Lucio
Domicio Ahenobarbo, futuro Nerón, hijo de un matrimonio
anterior de Agripina. Tan drástico cambio en su suerte se debió,
según el historiador Tácito, a que esta, aparte de buscar un
tutor ilustre para su hijo, creía que la fama de Séneca haría más
popular a la familia imperial; un Séneca agradecido y obligado a
ella serviría además como un importante aliado y un sabio consejero
en los planes de alcanzar el poder que albergaba para su hijo Nerón.
Con la subida al poder del
joven Nerón, que por aquel entonces contaba con 17 años,
Séneca fue nombrado consejero político y ministro junto a un
austero oficial militar llamado Sexto Afranio Burro.
Durante
los ocho años siguientes, Séneca y Burro, a quienes todos los
historiadores romanos consideraron las personas de mayor valía e
ilustración del entorno de Nerón, gobernaron de facto el imperio
romano.
Así,
mientras Nerón se dedicaba, siguiendo las instrucciones de Séneca,
a un ocio moralmente «aceptable», Séneca y Burro se hicieron con
el poder, en el que promovieron una serie de reformas legales y
financieras, como la reducción de los impuestos indirectos;
persiguieron la concusión, es decir, la corrupción de los
gobernadores provinciales; llevaron a cabo una exitosa guerra
en Armenia a las órdenes de Corbulón, que instituyó
el protectorado romano en aquel país y se mostró, a la
larga, fundamental para la salvaguarda de la frontera oriental del
imperio; se enviaron, a instancias de Séneca, expediciones para dar
con las fuentes del río Nilo...
Vale
notar que ni Burro ni Séneca ocuparon, durante este período, cargo
institucional alguno, más allá del de senadores, por lo que
ejercieron el poder desde detrás del solio imperial, como
meros validos y consejeros del joven César, que al parecer
tenía en alta estima a su tutor.
Sin
embargo, conforme Nerón fue creciendo, comenzó a
desembarazarse de la «benigna» influencia de Séneca, de tal forma
que, al mismo tiempo que el ejercicio del poder iba desgastando al
filósofo, comenzaba a perder influencia sobre su pupilo Nerón.
El
suicidio de Séneca
En
el año 59, la antiguamente gran valedora de Séneca, Agripina fue
asesinada por Nerón, lo que marcaría el inicio del fin de Séneca.
Aunque posiblemente no estuvieran involucrados, Séneca y Burro
tuvieron que llevar a cabo una campaña de lavado de imagen pública
del emperador a fin de minimizar el impacto que pudiera tener el
crimen. Séneca escribió la famosa carta al Senado en la que
justificaba a Nerón y explicaba cómo Agripina había
conspirado en contra de su hijo.
Este
hecho ha sido muy criticado con posterioridad, y ha sido germen
frecuente de las acusaciones de hipocresía contra Séneca.
En
el año 62 Séneca pidió a Nerón retirarse de la vida pública, y
ofreció toda su fortuna al emperador. El retiro le fue concedido
tácitamente, aunque la fortuna no le fue aceptada hasta años
después. De esta manera, Séneca consiguió retirarse de la cada vez
más peligrosa corte romana, y comenzó a pasar su tiempo viajando
con su segunda esposa, Paulina, por el sur de Italia. Al mismo
tiempo, comenzó a redactar una de sus obras más famosas, las Cartas
a Lucilio, auténtico ejemplo de ensayo, en las que Séneca
ofrece todo tipo de sabios consejos y reflexiones a Lucilio, un amigo
íntimo que supuestamente ejercía como procurador romano en Sicilia.
Esta obra serviría de ejemplo e inspiración a Michel de
Montaigne en la redacción de sus Ensayos.
En
el año 65 se le acusó de estar implicado en la famosa
conjura de Pisón contra Nerón. Aunque no existieran
pruebas firmes en su contra, la conjura de Pisón sirvió a Nerón
como pretexto para purgar la sociedad romana de muchos patricios y
caballeros que consideraba subversivos o peligrosos, y entre ellos se
encontraba el propio Séneca. Así pues, Séneca fue, junto con
muchos otros, condenado a muerte, víctima de la conjura fracasada.
Sobre
la muerte de Séneca, el historiador Tácito cuenta que el
tribuno Silvano fue encomendado para darle la noticia al filósofo,
pero siendo aquél uno de los conjurados, y sintiendo una gran
vergüenza por Séneca, le ordenó a otro tribuno que le llevara la
notificación del César: de un patricio como Séneca se esperaba no
que decidiera esperar a la ejecución, sino que se suicidara tras
recibir la condena a muerte. Cuando Séneca recibió la misiva,
ponderó con calma la situación y pidió permiso para redactar su
testamento, lo cual le fue denegado, pues la ley romana preveía en
esos casos que todos los bienes del conjurado pasaran al patrimonio
imperial.
Sabiendo
que Nerón actuaría con crueldad sobre él, decidió abrirse las
venas en el mismo lugar, cortándose en brazos y piernas.
Al
suicidio de Séneca lo siguieron, además, el de sus dos hermanos y
el de su sobrino Lucano, sabedores de que pronto la crueldad de
Nerón recaería también sobre ellos.
Legado
La
influencia de Séneca se deja ver en todo el humanismo y
demás corrientes renacentistas. Su afirmación de la igualdad de
todos los hombres, la propugnación de una vida sobria y moderada
como forma de hallar la felicidad, su desprecio a la superstición,
sus opiniones antropocentristas... se harían un hueco en el
pensamiento renacentista. Erasmo de Rotterdam, por ejemplo, fue el
primero en preparar una edición crítica de sus obras (1515), y la
primera obra de Calvino fue una edición de De
clementia, en 1532.
Robert
Burton lo cita en su Anatomía de la melancolía, y Juan
Luis Vives y Tomás Moro lo tenían en alta estima, y
se hacían eco de sus ideas éticas.
En
la obra de Montaigne, los Ensayos, las referencias a la
obra de Séneca son constantes, tanto en la forma, como en opiniones,
muchas de las cuales son comunes en ambos pensadores: por ejemplo, la
justificación del suicidio como forma de evitar una muerte
peor, es análoga en ambos.
En
la actualidad, su obra ha caído en un cierto olvido, propiciado por
el moderno abandono del estudio de las lenguas y disciplinas
clásicas. Sin embargo, sigue sorprendiendo por la vigencia y
accesibilidad de muchas de sus ideas y la facilidad de lectura y la
claridad con que se muestra en las traducciones vernáculas de su
obra: las Cartas a Lucilio han sido comparadas con un libro
de autoayuda, y de hecho, a raíz de la película Gladiator,
tanto éstas como las Meditaciones de Marco
Aurelio fueron reeditadas con gran éxito en el mundo
anglosajón.
En
la actualidad, los medioambientalistas utilizan su nombre en la
expresión "efecto Séneca" o "acantilado de Séneca"
para expresar que el declive de las civilizaciones es más rápido
que su ascenso. Esta referencia se basa en la cita que dice: "Sería
un motivo de consuelo para nuestra fragilidad y para nuestros
asuntos, si todas las cosas pereciesen tan lentamente como se
producen; en cambio, el crecimiento procede lentamente, la caída se
acelera."
Autor: Feliciano Robles
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