Rafael
Porlán Merlo, fue un poeta de la generación del 27. Nació en
Córdoba en 1899 y murió en Jaén en 1945 a los 56 años de edad.
Escritor culto
y políglota, escribió también prosa y teatro.
Familia
Sus
padres eran de clase media. Fueron seis hermanos
Formación
Recibió
una buena educación en la Escuela Superior Francesa. Con poco más
de doce años se fue a Sevilla. Aficionado al deporte,
en 1915 participó en una expedición ciclista a Jerez de
la Frontera y también fue jugador del Híspalis Fútbol Club. Rafael
Porlán dominaba varios idiomas.
Ocupaciones
A
los 19 años empezó a trabajar en el Banco de España y a publicar
colaboraciones periodísticas y algunos cuentos en periódicos y
revistas de la época.
En
1933 Rafael Porlán ascendió por oposición a secretario del Banco
de España y tuvo que trasladarse a Talavera de la Reina, donde
escribió uno de los ensayos más relevantes escritos sobre la
región andaluza: “La Andalucía de Valera”.
Al
año siguiente cruzó de nuevo Despeñaperros para ocupar el cargo
del Banco de España en Jaén, donde organizó tertulias y
actividades poéticas.
Escritor
Sus
primeras novelas fueron: ”Bess Rivero, El manto escarlata” y
“La primera de San Julián”.
Actividades
culturales
Desarrolló
una intensa actividad cultural; contribuyó a la fundación de la
prestigiosa revista poética sevillana Mediodía, fundamental
para la llamada Generación del 27 de la que fue
secretario, redactada, entre otros, por Alejandro Collantes, Joaquín
Romero Murube, Juan Sierra y Rafael Laffón.
Dependiente
de la revista "Mediodía" se creó el Cine-Club Híspalis,
cuyo principal animador fue Porlán. Allí se programaron filmes de
acusado sesgo vanguardista: Un chien andalou (Un perro
andaluz), de Luis Buñuel; Esencia de verbena, de Ernesto
Giménez-Caballero; La chute de la maison Usher, de Jean
Epstein, etc.
Siguió
las greguerías de Ramón Gómez de la Serna en
los aforismos de Pirrón de Tarfía, publicado en 1926 y que
puede ser considerado como un autorretrato del propio Porlán. "No
hay más remedio que trabajar sobre formas no conocidas todavía",
escribió el poeta cordobés.
Poesía
Antes
que el poema propiamente dicho, cultivó la prosa poética de
creación surrealista, lo mismo que por parecidas fechas
hicieron otros poetas andaluces, como José María Hinojosa o
como el propio Vicente Aleixandre.
En
la década de los treinta vieron la luz primera y segunda parte
de Olive Bardem, Mundo blanco y negro y La isla
alegre.
El
más ordenado conjunto de poemas en verso que publicó Rafael Porlán
fue el titulado Romances y canciones. Este es un libro
perfectamente escrito, donde se aprecian una esencialidad que
recuerda a Pedro Salinas y una claridad y una exactitud que
hacen pensar en Jorge Guillén. Bajo el verso puro y riguroso,
late un andalucismo hondo y reconocible.
Teatro
En
1997 se publicaron dos obras de teatro de Porlán que habían
permanecido inéditas: Los amantes de Verona y El velo
de Penélope. La primera es la más extensa, escrita entre septiembre
de 1939 en Ronda y febrero de 1940 en Jaén. En ella, Porlán sitúa
a los personajes de Romeo y Julieta de Shakespeare en pleno
siglo XX. El velo de Penélope, escrita en Cazorla en julio de
1938, es una pieza atractiva por la combinación inteligente de
filosofía y humor, dominada por la ironía.
Crítica
El
cordobés Porlán fue un adelantado de la prosa y poesía
surrealista, de un refinado andalucismo, fue, también, uno de los
primeros en resucitar romances y canciones, al igual que, luego,
regresaría a la sobriedad clásica con una elegancia y señorío
realmente modélicos. De aquí que su magistral "A Córdoba"
fuera calificado por Mario López como el mejor soneto dedicado a la
capital califal después del que le esculpiese Góngora. La
razón de sus burlas e ironías no eran otra cosa que el desahogo
civilizado ante la gran desilusión que le produce la vida, postura
propia del romanticismo.
Enfermedad
y muerte
La
enfermedad que lo llevó a la muerte fue la tuberculosis, enfermedad
por entonces incurable, y durante la Guerra Civil, se retiró a
Cazorla, donde escribió: "Estoy muy mal de salud, y no tengo
ganas de curarme... Ahora no quiero más que sentirme dejado en paz".
Autor: Feliciano Robles
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