Antonio
Fernández Grilo, poeta, periodista y académico. Nació en
Córdoba en 1845 y murió en Madrid en 1906 a 61 años de edad. Fue
académico de la Real Academia Española.
Familia
Formación
Inicios
poéticos
Su
infancia y juventud se desarrollaron en Córdoba, ganó el primer
premio en unos juegos florales en el Círculo de la Amistad en 1862,
y eso marcó su camino de poeta. Siendo muy joven, escribió una
oda al mar, que levantó expectación debido a que fue escrita
sin que el autor hubiera visto nunca el mar.
Comenzó
a tener como mecenas a hombres importantes en la escena social
cordobesa: el Barón de Fuente de Quinto o el Conde de
Torres Cabrera quien le editó un libro de Poesías (Córdoba,
1869) cuya segunda edición apreció en 1879 en Madrid con un éxito
extraordinario.
Estancia
en Madrid
Marchó
a Madrid para dedicarse al periodismo, y allí fue redactor de El
Contemporáneo, El Tiempo, La Libertad y El Debate. Su
carácter despierto y su talento como recitador le hizo abrirse
camino entre las clases influyentes hasta llegar a convertirse en el
"poeta real" de Alfonso XII de España, concediéndole
éste una pensión vitalicia.
Amistad
con los reyes
Fue
tal su relación con la Casa Real, que Isabel II de España, le
costeó la edición de otro libro Ideales, esta vez editado en
París, por el año 189. Los reyes se sabían algunos de sus poemas
de memoria. En 1899 la ciudad de Madrid le dedicó una
calle en el barrio de Universidad.
Obra
poética
Entre
sus libros destacan, Poesías (1869), reeditadas en 1879, e Ideales,
publicado en París en 1891 con el patronazgo de Isabel II. De entre
sus poesías destacan las tituladas La nochebuena, Adiós al
convento, La chimenea campesina y otras en la que revela su estilo
florido, su viva fantasía y su instinto poético,la más popular de
todas se titulaba Las Ermitas.
Estilo
En
su poesía la forma prevalece sobre el fondo y más que en las ideas
destaca en la imaginación; posee sensibilidad y armonía, pero no
seleccionó sus temas y escribió numerosas poesías de
circunstancias.
Críticas
Emilio
Castelar y José Zorrilla le reputaban por uno de los
primeros poetas de la época. Cultivó la amistad de José
Jurado de la Parra, poeta baezano. El pueblo le apreciaba además por
su carácter simpático y mundano, aunque críticos como Leopoldo
Alas lo detestaban.
Según Ricardo
de Montis, Antonio “Hallábase dotado de un carácter bullicioso;
había nacido para vivir en sociedad; tenía don de gentes. Profundo
conocedor de las debilidades humanas, plenamente convencido de que el
mundo es una comedia y dispuesto á pasar la vida todo lo mejor que
le fuera posible, nunca se mostró parco en el elogio. Jamás
rehusaba halagar las ajenas vanidades, siempre estaba en situación-
como dicen los actores- al representar su papel en el teatro social,
y procuraba cuidadosamente que la risa no asomara a sus labios cuando
debía aparecer triste, ni que la expresión del dolor saliera a
otros cuando debía estar alegre”.
Academias
- En1865, contando tan sólo veinte años de edad, ingresó en la Real Academia de Córdoba.
- Fue nombrado académico de la Real Academia Española (1906), pronunciando su discurso de ingreso en verso, al igual que hizo José de Zorrilla.
Autor: Feliciano Robles
No hay comentarios:
Publicar un comentario